Hubo un tiempo ya lejano que estos dos clubes se enfrentaron; sus caminos se cruzaron en 1958 primero y en 1988 después, en ambas ocasiones en partidos amistosos. Las dos entidades no tienen demasiadas semejanzas, aunque comparten dos pequeñas historias de hace 60 y 30 años, además del color rojo como elemento de identificación compartida. Por Xabier Alzueta y Gorka Ibarrola. Los Reds del Liverpool y los Rojillos de Osasuna, con representaciones y hegemonías distintas, son realidades lejanas, magnitudes muy diferentes y variaciones en un mismo color. Ni el Arga es el rio Mersey, ni el Sadar es Anfield, ni el Graderío Sur la grada Kop, ni el Riau-riau suena como el You’ll never walk alone, ni Pedro Mari Zabalza es Bill Shankly, ni Enrique Martín es rubio como Kenny Dalglish, ni tampoco los Iruñako se parecieron nunca a los Beatles. Si nos ceñimos estrictamente a las frías estadísticas, los ingleses ocuparían el 4º lugar de una hipotética clasificación histórica de la liga inglesa
En una ciudad roja: Osasuna, fútbol y justicia social