Diciembre 1958 Triangular entre Osasuna, Malmoe-Suecia y Bangú-Brasil.Torneo de prestigio, conocido como la Pequeña Copa del Mundo de Clubes, participaban los mejores clubes, precedente de la Copa Intercontinental o la Copa Mundial de Clubes, FIFA, de hoy. Osasuna fue invitado a participar en el triangular. Lo que ocurriría después, te sorprenderá...
Dicho torneo se conocía como la Pequeña Copa del Mundo de Clubes. Torneo de prestigio, donde participarían las primeras figuras mundiales, considerado el precedente de la Copa Intercontinental, conocido hoy como Copa Mundial de Clubes de la FIFA.
El empresario vasco Damián Gaubeka, hoy sería conocido como un emprendedor, logró organizar éste Torneo, desde 1950 hasta la década de los 70, gracias al valor de la moneda venezolana, a sus relaciones y amistades. Era republicano, había sido condenado a pena de muerte por Franco y, por suerte, fue conmutado pero obligado a vivir en el exilio.
Amigo de Di Stefano, quien fue secuestrado en la edición de 1963 por una organización revolucionaria, Gaubeka convenció al argentino para jugar 10 minutos, apenas unas horas después de su liberación, todavía conmocionado.
Osasuna perdió los dos partidos del torneo ante suecos y brasileños. El único gol lo marcó Sabino Andonegui ante los suecos.
Aquella temporada acabaría 8º en primera división, encadenando su mejor racha en primera. Su estrella era un jovencísimo Félix Ruiz, cuyos padres vivían en Venezuela. La comunidad navarra y vasca en Venezuela era muy numerosa, y en especial la de Olite, según el cronista del Diario de Navarra. Lo más llamativo ocurrió meses después. Osasuna recibió una multa de 250.000 pesetas por parte de las autoridades españolas porque, parece ser, que no acudieron a una recepción en la embajada española en Caracas y portaron la bandera de Navarra según hemos encontrado en documentos del exilio vasco, y la de Iruña, esgún otros y ninguna, según nos cuenta Adolfo Marañón, en lugar de la española. Txomin Viscarret, que entonces vivía junto a su familia en Venezuela, a donde huyeron porque vivir en la Iruña franquista, les resultaba imposible, nos cuenta como su aita junto a Catachú, Salinas y Akerreta. Recibieron a la expedición osasunista en el Hotel El Pinar. Catachú era una de las figuras de Osasuna en los años 30, participó en el primer ascenso a primera. Tras el recibimiento, decidieron acudir al Centro Vasco, uno de los más importantes de Sudamérica, donde fueron agasajados con una comida por la comunidad vasca-navarra en el exilio. Txomin jugaba en el equipo de fútbol juvenil del Centro, fotografía en la que también aparace Itziar, hija de Catachú. No recuerda lo de la bandera, pero confirma que decidieron no ir a la embajada, y añade un dato: a los jugadores les retiraron el pasaporte al regreso a Madrid. El estadio universitario de Caracas, con presencia de ikurriñas, se llenó en los dos partidos que jugó Osasuna. Conviene destacar que en 1958 en Venezuela se habían producido las primeras elecciones democráticas, y en el contexto regional se producía la caída de la dictadura en Cuba, con la entrada en La Habana de Fidel Castro, el Ché y los "barbudos", el inicio de ETA, etc. Vicente Rey era entonces el masajista del equipo, igual que 20 años antes en el ascenso del año 35, después vendría el golpe, tuvo que exiliarse y estuvo en el campo de refugiados de Gurs en Francia. Un hermano había sido encarcelado y él pertenecía al Partido Comunista, más tarde se le relacionaría con ANV. De aquel viaje a Venezuela se trajo un disco de los Coros Rusos firmado por varios amigos y conocidos del exilio, logró saltarse el control de las autoridades franquistas aduaneras. Su audición y difusión estaba totalmente prohibida. La siguiente fotografía pertenece al archivo familiar. A partir de estos sucesos de 1958, según se recoge en diferentes medios del exilio, a los jugadores del Athletic de Bilbao en una visita en 1967, se les prohibió abandonar en todo momento el Hotel de concentración, querían impedirles acudir al Centro Vasco, la reacción fue llenar el estadio y el aeropuerto de gente con ikurriñas. Se iniciaba así una larga lucha anti franquista que duraría hasta la muerte del dictador y que tuvo su máxima expresión, años después, con la foto de Arconada e Iribar en Atotxa, cuando exhibir la bicrucífera era ilegal.
Aquella temporada acabaría 8º en primera división, encadenando su mejor racha en primera. Su estrella era un jovencísimo Félix Ruiz, cuyos padres vivían en Venezuela. La comunidad navarra y vasca en Venezuela era muy numerosa, y en especial la de Olite, según el cronista del Diario de Navarra. Lo más llamativo ocurrió meses después. Osasuna recibió una multa de 250.000 pesetas por parte de las autoridades españolas porque, parece ser, que no acudieron a una recepción en la embajada española en Caracas y portaron la bandera de Navarra según hemos encontrado en documentos del exilio vasco, y la de Iruña, esgún otros y ninguna, según nos cuenta Adolfo Marañón, en lugar de la española. Txomin Viscarret, que entonces vivía junto a su familia en Venezuela, a donde huyeron porque vivir en la Iruña franquista, les resultaba imposible, nos cuenta como su aita junto a Catachú, Salinas y Akerreta. Recibieron a la expedición osasunista en el Hotel El Pinar. Catachú era una de las figuras de Osasuna en los años 30, participó en el primer ascenso a primera. Tras el recibimiento, decidieron acudir al Centro Vasco, uno de los más importantes de Sudamérica, donde fueron agasajados con una comida por la comunidad vasca-navarra en el exilio. Txomin jugaba en el equipo de fútbol juvenil del Centro, fotografía en la que también aparace Itziar, hija de Catachú. No recuerda lo de la bandera, pero confirma que decidieron no ir a la embajada, y añade un dato: a los jugadores les retiraron el pasaporte al regreso a Madrid. El estadio universitario de Caracas, con presencia de ikurriñas, se llenó en los dos partidos que jugó Osasuna. Conviene destacar que en 1958 en Venezuela se habían producido las primeras elecciones democráticas, y en el contexto regional se producía la caída de la dictadura en Cuba, con la entrada en La Habana de Fidel Castro, el Ché y los "barbudos", el inicio de ETA, etc. Vicente Rey era entonces el masajista del equipo, igual que 20 años antes en el ascenso del año 35, después vendría el golpe, tuvo que exiliarse y estuvo en el campo de refugiados de Gurs en Francia. Un hermano había sido encarcelado y él pertenecía al Partido Comunista, más tarde se le relacionaría con ANV. De aquel viaje a Venezuela se trajo un disco de los Coros Rusos firmado por varios amigos y conocidos del exilio, logró saltarse el control de las autoridades franquistas aduaneras. Su audición y difusión estaba totalmente prohibida. La siguiente fotografía pertenece al archivo familiar. A partir de estos sucesos de 1958, según se recoge en diferentes medios del exilio, a los jugadores del Athletic de Bilbao en una visita en 1967, se les prohibió abandonar en todo momento el Hotel de concentración, querían impedirles acudir al Centro Vasco, la reacción fue llenar el estadio y el aeropuerto de gente con ikurriñas. Se iniciaba así una larga lucha anti franquista que duraría hasta la muerte del dictador y que tuvo su máxima expresión, años después, con la foto de Arconada e Iribar en Atotxa, cuando exhibir la bicrucífera era ilegal.
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