Nació en Arellano (Navarra) en 1893, fusilado a la edad de 43 años en Tajonar en septiembre de 1936.
Con 11 años ingresó en el colegio de los PP. Capuchinos de Estella. Al poco tiempo es trasladado al nuevo Colegio Capuchino en Alsasua donde termina sus estudios de Magisterio en el Colegio de los Capuchinos de Alsasua donde estudió Magisterio. A los 19 ya era maestro en Aberin. Se trasladó a Pamplona para ser profesor en el Colegio Huarte (donde está hoy la Katakrak en la C/ Mayor 54). Trabajó también en un comercio. Afiliado al sindicato ELA.
Muy probablemente su afición por el fútbol naciera del contacto con otros chicos de los Capuchinos, en el Colegio de Lekaroz se jugaba al fútbol ya en 1908. Antes incluso de que llegara a Iruña o Donostia. De allí salieron varios jugadores de la Liga, de la selección y un seleccionador: Luis Iribarren.
Durante su permanencia en Pamplona perteneció al PNV, siendo colaborador asiduo en las actividades del Batzoki. En ésta época entró en contacto con aficionados al fútbol, siendo uno de los fundadores de Osasuna. Aparece en las actas de la junta como vocal en la temporada 1922/1923.
Posteriormente se estableció en Estella instalando un taller mecánico.
Fue uno de los fundadores del C.D. Izarra y promotor de la compra de Merkatondoa Stadium en 1929, el campo de fútbol en activo más antiguo que existe a día de hoy en Nafarroa. En el partido inaugural en 1928 se enfrentaron Osasuna e Izarra, 0-3 venció Osasuna con goles de Seve Goiburu y dos de Urrizelki.
Fiestas de Lizarra, el Baile de la Era (Larrain dantza), uno de sus símbolos, representativo de Nafarroa y de toda Euskal Herria, él también contribuyó a su recuperación.
Se casó y tuvo una hija, enviudó y volvió a casar con Elvira Aristizabal con la que tendría 4 hijos. Dos gemelas (Mirentxu y Mikele) que no llegó a conocer, Elvira no había dado a luz cuando lo fusilaron. Nacieron el 2 de noviembre 1936, 34 días después de que lo fusilaran. 18 años después de su asesinato el que, posteriormente sería su yerno Antontxu Zabalza (el marido de Mirentxu), tras jugar un par de buenas temporadas en el Izarra, acabó fichando por Osasuna en primera división.
Primero fue miembro del Napar Buru Batzar, la junta directiva del PNV en Navarra, presidida entonces por José Aguerre. Colaborador asiduo en las actividades del Batzoki. Acabó siendo presidente del Napar Buru Batzar y miembro del Euskadi Buru Batzar. También fue el fundador de la Ikastola de Estella. Poco después, en 1931, tras ser proclamada la Segunda República, fue elegido concejal y alcalde de la ciudad por el PNV. Fue un alcalde popular nombrado por unanimidad, por la mayoría de derecha y la minoría de izquierda. Presidió la Asamblea del Estatuto Vasco en el encuentro de alcaldes nacionalistas vascos de las provincias vasconavarras en Estella donde se elaboró el Estatuto de Estella de 1931.
Fortunato Aguirre junto a Jose Antonio Aguirre, lehendakari del Gobierno Vasco durante la República y ex jugador del Athletic, en un mitin en la plaza de toros de Lizarra.
En el verano de 1934 presidió la Comisión de Alcaldes de Navarra. Con motivo de la rebelión de los alcaldes vascos contra las conculcaciones del Concierto Económico fue procesado en unión de 1.500 alcaldes más siendo separado del cargo por sentencia judicial y repuesto con el nuevo Gobierno del Frente Popular de Madrid.
Su gestión municipal fue destacada: combatió el paro obrero, trazó las grandes vías de ensanche de la ciudad, construyó carreteras radiales y puentes, fomentó la cultura, mejoró la pavimentación.
Como si de eslabones de una vieja cadena se tratara. 79 años más tarde, un nuevo alcalde abertzale ocuparía la vara de mando de la localidad, Koldo Leoz, casualmente también, fue jugador de Osasuna B. Y otro estellés, Oier Sanjurjo, ostenta la capitanía del club.
Tuvo conocimiento de los planes y conspiraciones del gobernador militar Mola contra la República, del arsenal de armas que escondieron en Irache y de la reunión entre el general Mola y el general Batet, por iniciativa de este último, en la que trató de averiguar si Mola estaba implicado en la conspiración que se estaba preparando e incluso le pidió su palabra de honor de que no iba a sublevarse. Posteriormente Batet fue fusilado por los franquistas. Aguirre habló por teléfono con el presidente del Gobierno, Santiago Casares Quiroga, el cual le ordenó que no hiciese nada. La persona que pasaba información tan detallada a Fortunato Aguirre era un taxista.
Lo cuenta su hija Mirentxu: “Mi madre era quien nos contaba todo, siempre pensó que fue un taxista, un tal Arza, y también un militar Republicano. Mi hermana gemela y yo nacimos en noviembre de 1936, solo 2 meses después de que fusilaran a mi padre, y no guardamos recuerdo alguno. El taxista comunicaba al alcalde lo que escuchaba en los traslados de los mandos, cuando llevaba a los jefazos que se reunían en Iratxe. Fue el militar de ideología republicana quien detalló al regidor que el arsenal de armas escondido en Iranzu no era para el ejército, sino que para dar un golpe de Estado”.
Poco después tuvo lugar el levantamiento. Aguirre, alcalde de Lizarra fue apresado el mismo 18 de julio por los sublevados, por informar a las autoridades Republicanas de la inminente sublevación militar. Tras 72 días de prisión, al amanecer del 29 de septiembre de 1936 fue trasladado hasta Tajonar, en las cercanías de Pamplona por 3 personas. Después un sacerdote le confesó. Vestía su traje gris y gabardina, cuando los rebeldes fascistas le asesinaron junto a los muros del cementerio de Tajonar, de 2 tiros en la nuca, y le enterraron en secreto. Los restos quedaron en un campo, en el que la tumba estaba localizada gracias a un montón de piedras que el tractor respetaba. Su viuda, estaba embarazada de gemelas. Las hijas de Fortunato Aguirre. En mayo de 1959 la familia recuperó los restos del padre, allí estaban Antontxu y Mirentxu. Hoy son activistas de AFFNA (Asociación Familiares Fusilados) y no descansan en su empeño de trabajar por hacer justicia, reconocimiento y verdad.
Mikele y Mirentxu Aguirre en el homenaje a Fortunato en el Ayuntamiento de Lizarra en 2013
Uno de los grandes méritos de Fortunato fue fundar Osasuna, además de trabajar por su pueblo y, lo más importante, hizo lo que estaba en sus manos por tratar de frenar el golpe fascista. Otros, sin embargo, como Antonio Lizarza, vocal y posteriormente presidente del club tras la guerra, hicieron precisamente lo contrario, alzarse en armas contra el orden constituido y provocar una fatal guerra.
El osasunismo entero, toda la sociedad navarra, la historia … pondrá en su lugar a cada uno. No vale taparse los oídos, no ver y no hablar. Asumir responsabilidades ante aquella barbarie es vital. Aprendamos del pasado para conocer el presente y construir un futuro colectivo. Cumplir 100 años es una buena ocasión para ello.
Jamás hubiera imaginado el bueno de Fortunato que 46 años después del vil asesinato, muy cerca del lugar, la tapia del cementerio de Tajonar, se inaugurarían las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Tajonar, lugar de práctica y formación de jóvenes futbolistas del club que él había ayudado a fundar: Osasuna.
Nació en Arellano (Navarra) en 1893, fusilado a la edad de 43 años en Tajonar en septiembre de 1936.
Con 11 años ingresó en el colegio de los PP. Capuchinos de Estella. Al poco tiempo es trasladado al nuevo Colegio Capuchino en Alsasua donde termina sus estudios de Magisterio en el Colegio de los Capuchinos de Alsasua donde estudió Magisterio. A los 19 ya era maestro en Aberin. Se trasladó a Pamplona para ser profesor en el Colegio Huarte (donde está hoy la Katakrak en la C/ Mayor 54). Trabajó también en un comercio. Afiliado al sindicato ELA.
Muy probablemente su afición por el fútbol naciera del contacto con otros chicos de los Capuchinos, en el Colegio de Lekaroz se jugaba al fútbol ya en 1908. Antes incluso de que llegara a Iruña o Donostia. De allí salieron varios jugadores de la Liga, de la selección y un seleccionador: Luis Iribarren.
Durante su permanencia en Pamplona perteneció al PNV, siendo colaborador asiduo en las actividades del Batzoki. En ésta época entró en contacto con aficionados al fútbol, siendo uno de los fundadores de Osasuna. Aparece en las actas de la junta como vocal en la temporada 1922/1923.
Posteriormente se estableció en Estella instalando un taller mecánico.
Fue uno de los fundadores del C.D. Izarra y promotor de la compra de Merkatondoa Stadium en 1929, el campo de fútbol en activo más antiguo que existe a día de hoy en Nafarroa. En el partido inaugural en 1928 se enfrentaron Osasuna e Izarra, 0-3 venció Osasuna con goles de Seve Goiburu y dos de Urrizelki.
Fiestas de Lizarra, el Baile de la Era (Larrain dantza), uno de sus símbolos, representativo de Nafarroa y de toda Euskal Herria, él también contribuyó a su recuperación.
Se casó y tuvo una hija, enviudó y volvió a casar con Elvira Aristizabal con la que tendría 4 hijos. Dos gemelas (Mirentxu y Mikele) que no llegó a conocer, Elvira no había dado a luz cuando lo fusilaron. Nacieron el 2 de noviembre 1936, 34 días después de que lo fusilaran. 18 años después de su asesinato el que, posteriormente sería su yerno Antontxu Zabalza (el marido de Mirentxu), tras jugar un par de buenas temporadas en el Izarra, acabó fichando por Osasuna en primera división.
Primero fue miembro del Napar Buru Batzar, la junta directiva del PNV en Navarra, presidida entonces por José Aguerre. Colaborador asiduo en las actividades del Batzoki. Acabó siendo presidente del Napar Buru Batzar y miembro del Euskadi Buru Batzar. También fue el fundador de la Ikastola de Estella. Poco después, en 1931, tras ser proclamada la Segunda República, fue elegido concejal y alcalde de la ciudad por el PNV. Fue un alcalde popular nombrado por unanimidad, por la mayoría de derecha y la minoría de izquierda. Presidió la Asamblea del Estatuto Vasco en el encuentro de alcaldes nacionalistas vascos de las provincias vasconavarras en Estella donde se elaboró el Estatuto de Estella de 1931.
Fortunato Aguirre junto a Jose Antonio Aguirre, lehendakari del Gobierno Vasco durante la República y ex jugador del Athletic, en un mitin en la plaza de toros de Lizarra.
En el verano de 1934 presidió la Comisión de Alcaldes de Navarra. Con motivo de la rebelión de los alcaldes vascos contra las conculcaciones del Concierto Económico fue procesado en unión de 1.500 alcaldes más siendo separado del cargo por sentencia judicial y repuesto con el nuevo Gobierno del Frente Popular de Madrid.
Su gestión municipal fue destacada: combatió el paro obrero, trazó las grandes vías de ensanche de la ciudad, construyó carreteras radiales y puentes, fomentó la cultura, mejoró la pavimentación.
Como si de eslabones de una vieja cadena se tratara. 79 años más tarde, un nuevo alcalde abertzale ocuparía la vara de mando de la localidad, Koldo Leoz, casualmente también, fue jugador de Osasuna B. Y otro estellés, Oier Sanjurjo, ostenta la capitanía del club.
Tuvo conocimiento de los planes y conspiraciones del gobernador militar Mola contra la República, del arsenal de armas que escondieron en Irache y de la reunión entre el general Mola y el general Batet, por iniciativa de este último, en la que trató de averiguar si Mola estaba implicado en la conspiración que se estaba preparando e incluso le pidió su palabra de honor de que no iba a sublevarse. Posteriormente Batet fue fusilado por los franquistas. Aguirre habló por teléfono con el presidente del Gobierno, Santiago Casares Quiroga, el cual le ordenó que no hiciese nada. La persona que pasaba información tan detallada a Fortunato Aguirre era un taxista.
Lo cuenta su hija Mirentxu: “Mi madre era quien nos contaba todo, siempre pensó que fue un taxista, un tal Arza, y también un militar Republicano. Mi hermana gemela y yo nacimos en noviembre de 1936, solo 2 meses después de que fusilaran a mi padre, y no guardamos recuerdo alguno. El taxista comunicaba al alcalde lo que escuchaba en los traslados de los mandos, cuando llevaba a los jefazos que se reunían en Iratxe. Fue el militar de ideología republicana quien detalló al regidor que el arsenal de armas escondido en Iranzu no era para el ejército, sino que para dar un golpe de Estado”.
Poco después tuvo lugar el levantamiento. Aguirre, alcalde de Lizarra fue apresado el mismo 18 de julio por los sublevados, por informar a las autoridades Republicanas de la inminente sublevación militar. Tras 72 días de prisión, al amanecer del 29 de septiembre de 1936 fue trasladado hasta Tajonar, en las cercanías de Pamplona por 3 personas. Después un sacerdote le confesó. Vestía su traje gris y gabardina, cuando los rebeldes fascistas le asesinaron junto a los muros del cementerio de Tajonar, de 2 tiros en la nuca, y le enterraron en secreto. Los restos quedaron en un campo, en el que la tumba estaba localizada gracias a un montón de piedras que el tractor respetaba. Su viuda, estaba embarazada de gemelas. Las hijas de Fortunato Aguirre. En mayo de 1959 la familia recuperó los restos del padre, allí estaban Antontxu y Mirentxu. Hoy son activistas de AFFNA (Asociación Familiares Fusilados) y no descansan en su empeño de trabajar por hacer justicia, reconocimiento y verdad.
Mikele y Mirentxu Aguirre en el homenaje a Fortunato en el Ayuntamiento de Lizarra en 2013
Uno de los grandes méritos de Fortunato fue fundar Osasuna, además de trabajar por su pueblo y, lo más importante, hizo lo que estaba en sus manos por tratar de frenar el golpe fascista. Otros, sin embargo, como Antonio Lizarza, vocal y posteriormente presidente del club tras la guerra, hicieron precisamente lo contrario, alzarse en armas contra el orden constituido y provocar una fatal guerra.
El osasunismo entero, toda la sociedad navarra, la historia … pondrá en su lugar a cada uno. No vale taparse los oídos, no ver y no hablar. Asumir responsabilidades ante aquella barbarie es vital. Aprendamos del pasado para conocer el presente y construir un futuro colectivo. Cumplir 100 años es una buena ocasión para ello.
Jamás hubiera imaginado el bueno de Fortunato que 46 años después del vil asesinato, muy cerca del lugar, la tapia del cementerio de Tajonar, se inaugurarían las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Tajonar, lugar de práctica y formación de jóvenes futbolistas del club que él había ayudado a fundar: Osasuna.
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